Grata sorpresa encontrar a gente en el caminito.
Pili me avisó que teníamos visita, así que paso a saludar y contar qué hago.
Empecé el verano con un reto que no estoy haciendo porque me autoboicoteo constantemente. Veo cosas que me gustan y decido darme el gusto, el problema está en que esas cosas que me gustan son alimentos ultraprocesados, con altos niveles de azúcares y grasas que no necesito, pero que se me hacen deliciosos al paladar y que cuando trago me recompensan el día duro en el hospital.
Me compré el libro de Carlos Ríos y acabo de terminar de leerlo y, tras pensar 5 minutos he tomado la decisión de que no voy a esperar a septiembre, sino que ahora mismo me calzo mis zapatillas y voy a hacer la compra ¿Por qué? Porque gran parte de mi problema está en lo que compro para rellenar frigorífico y alacena.
Lo tengo difícil porque convivo con mis padres, pero soy YO la que debe ser responsable de tanto mi alimentación como la de mi hijo y me refiero precisamente a responsabilidad educacional y no dejar a otros la tarea de mi alimentación y, acompañar con ejercicio moderado.
El cambio no comienza con una dieta, sino con los alimentos ultraprocesados fuera, esos que todos conocemos como bollerías, fritos, patatas...y que están en las estanterías de los sitios en los que compramos.
No, no soy más feliz comiendo aquello que me resulta agradable al paladar. Seré más feliz sin dolor de piernas, sin cansarme subiendo escaleras, bajando un poco la hipertensión...
Va a ser difícil, por eso no espero a septiembre, comienzo ahora con mi compra: saliendo de Matrix
Saliendo de Matrix en la próxima comida
